
La británica de 34 años sufrió un severo cuadro de hipotermia tras perderse en la zona montañosa del Vall de Núria, en el Pirineo de Girona. Cuando los servicios de emergencia la trasladaron al hospital Vall d'Hebron no tenía constantes vitales, su corazón no tenía actividad eléctrica y sus riñones y sus pulmones no funcionaban. Su recuperación marca un nuevo paradigma en casos de tratamiento cardiológico.