Aves de presa vestidas con oro y collares, la ofrenda encontrada en ruinas aztecas

Fue descubierta en la base del Templo Mayor de Tenochtitlan. Ya se habían hallado otros animales ataviados con joyas, como un lobo y una hembra de jaguar. Los arqueólogos buscan los restos de los emperadores mexica.

Cultura - Arqueología16/11/2019RedacciónRedacción
Aves y oro, por Mirsa Islas de PTM
Fuente: Mirsa Islas (PTN).

Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México han encontrado una ofrenda de dos aves de presa ataviadas con oro y collares en la base del Templo Mayor de Tenochtitlan, en tanto continúan la búsqueda de los restos de los emperadores mexica.

Primero fue un lobo, un animal de ocho meses enterrado junto a 22 piezas de oro. Luego una hembra de jaguar vestida de guerrero, con un anahuatl (anillo de las deidades) de madera, en una de sus garras y un lanzadardos. Y ahora dos aves de presa, al parecer dos halcones, ambos con anahuatl de oro y collares, uno con una lanza del preciado metal, otro con una especie de escudo además de otras insignias. Las dos aves, descubiertas a principio de mes, son las protagonistas de la última ofrenda hallada en la base del Templo Mayor de la vieja Tenochtitlan, en México, un escalón más en el camino a la gloria de los arqueólogos, que poco a poco se acercan a su objetivo final: los restos de los emperadores mexica.

Consagradas al dios azteca de la guerra, Huitzilopochtli, las tres ofrendas han aparecido en la misma línea, la recta imaginaria que corta en dos un edificio aledaño al Templo Mayor, una enorme plataforma circular de 16 metros de diámetro y más de dos de altura conocida como Cuauhxicalco. La última, la de los halcones, figura justo en el centro de la plataforma, encajada entre piedras, cerca de la superficie. Son raras las ofrendas con animales vestidos. De las más de 200 estudiadas en más de 40 años de excavaciones, solo 28 contenían animales ataviados con ornamentos e insignias: 12 águilas reales, siete lobos, siete pumas y dos jaguares. Los dos halcones se añaden ahora a esta selecta lista. 

Saltando entre tablones de madera colocados como pasarelas entre las áreas de excavación, el director del proyecto Templo Mayor, Leonardo López Luján, explica a El País que "la riqueza y variedad de estas tres ofrendas son excepcionales, la muestra de un tiempo de globalización en el que se importaban animales y objetos de todos los confines del imperio mexica y más allá, a cientos de kilómetros".

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