Las promesas que el PSOE le hará a ERC para alcanzar la investidura

Se propondrá un nuevo sistema de financiación autonómica y una mayor inversión presupuestaria en Cataluña. También se especula con retirar recursos judiciales en tanto no estén ligados al procés. La abstención del bloque catalán será clave para que Pedro Sánchez reúna los votos para su Gobierno de coalición.

Actualidad - España01/12/2019RedacciónRedacción
PSOE y ERC, por Eduardo Parra de EPC
Fuente: Eduardo Parra (EPC).

En la búsqueda de un acuerdo que destrabe la investidura de Pedro Sánchez, el PSOE ultima un paquete de medidas con las que espera vencer la resistencia de ERC y propiciar una solución para Cataluña. La estrategia de los socialistas, con distintos plazos de ejecución, contempla ofrecer un nuevo sistema de financiación autonómica en 2020 y un aumento sustancial de la inversión del Estado en los Presupuestos del próximo año. La retirada de recursos judiciales —siempre que no estén ligados al procés— es otra opción para atraer a ERC. En una fase más avanzada se podrían reformar leyes para permitir el desarrollo del Estatut que el Constitucional recortó en 2010.

La investidura de Sánchez como presidente del Gobierno de coalición no está garantizada, pero la reunión que el PSOE y ERC mantuvieron el jueves sirvió para constatar a qué ritmo el pragmatismo va ganando adeptos en sus direcciones. La predisposición a acercar posiciones se impuso al recelo mutuo que existe desde que el desafío secesionista determina la agenda de la Generalitat.

La dirección del PSOE quería comprobar qué alma de ERC tendría como interlocutora, la más posibilista —y por tanto la más abierta a abstenerse en la investidura de Sánchez— o la enrocada en la independencia unilateral de Cataluña. Pese a que ERC continúa en el no a la investidura de Sánchez, en el PSOE apreciaron señales de que terminarán virando hacia la abstención aun a costa del desgaste que le pueda suponer entre el electorado más independentista. Pese a todo, si el martes no hay grandes avances con ERC, el PSOE se planteará posponer la investidura a enero. Si finalmente sale adelante, los socialistas ven lógico que la comisión bilateral entre el Estado y la Generalitat, que hasta la presidencia de Sánchez llevaba siete años sin reunirse, sea el punto de encuentro entre Gobierno y Govern.

En este escenario tan volátil, en el que el hermetismo caracteriza las negociaciones para reducir las posibilidades de fracaso, el PSOE maneja un abanico de propuestas políticas y económicas para Cataluña que van más allá de la investidura. Y que le pueden servir para a atraer a ERC. Sobre todo las más sociales, apuntan en el Gobierno. “Hay margen para el entendimiento”, comparten las fuentes consultadas por EL PAÍS en La Moncloa y en Ferraz.

Las más inmediatas son dos promesas que Sánchez ya ha adquirido: un nuevo sistema de financiación autonómica y una mayor inversión en Cataluña. Sánchez ya se comprometió en agosto a presentar un nuevo modelo de financiación —el sistema vigente está además obsoleto desde 2014— en un plazo de ocho meses si formaba Gobierno. Que haya otro modelo es una reclamación básica del independentismo: la exigencia de Artur Mas en 2012 de un pacto fiscal para Cataluña, similar al concierto económico de País Vasco y Navarra, se considera el origen del malestar independentista. Descartada esa posibilidad, Mariano Rajoy, entonces presidente, pareció abrirse a negociar un nuevo sistema de financiación que al final no prosperó.

Otra fórmula para normalizar las relaciones con la Generalitat sería mediante la retirada de recursos judiciales a leyes sociales. Esto es, suavizar la confrontación por la vía judicial y siempre que los contenciosos no tuvieran que ver con el procés. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet -el PSOE la propondrá de nuevo-, abrió esta senda el año pasado durante su etapa al frente del Ministerio de Política Territorial y Función Pública. La dirigente del PSC firmó acuerdos con la Generalitat en los que se retiraron parcialmente recursos de inconstitucionalidad a normativas que afectaban a la pobreza energética y otras situaciones de emergencia en el ámbito de vivienda. El Ejecutivo en funciones de Sánchez tiene muy presente que Batet alertó del nivel de conflictividad “desmesurado” ante el Constitucional y que debían buscar fórmulas de arbitraje alternativas para rebajar la tensión en Cataluña.

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