Más de 50. 000 personas tiñen de morado las calles de Madrid en la manifestación por el 8-M

Más de 50.000 personas participaron en la manifestación convocada por la Comisión 8-M de Madrid, "la de toda la vida", que discurrió este martes desde Atocha hasta la Plaza de Colón y otras 3.000 lo hicieron en la convocatoria disidente que transitó por la Gran Vía madrileña, según datos de la Delegación del Gobierno en Madrid.

Actualidad - España 09/03/2022 SERVIMDIA
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Las convocantes de la Comisión 8-M de Madrid auguraban "éxito de participación, como siempre" antes de arrancar la marcha tras la pancarta 'Derechos para todas todos los días' y sus cálculos se cumplieron porque una gran marea morada tomó el centro de Madrid para denunciar la violencia de género mostrando públicamente el músculo del movimiento feminista.

"La mejor noticia de este 8-M es que las calles se han vuelto a teñir de morado", destacó la ministra de Igualdad, Irene Montero, y agregó que "lo mejor que tiene España es el feminismo. Estamos aquí para reivindicar que no haya ni una mujer más asesinada, para que se acaben las violencias, para que las mujeres tengamos tiempo para vivir y para que cada uno pueda ser quien quiera ser".

La ministra de Justicia, Pilar Llop, que también acudió a la cita, negó que el movimiento feminista esté dividido, porque se han celebrado dos manifestaciones. "En realidad, es un movimiento con un objetivo único, que es el de lograr esa igualdad de las mujeres y de las niñas, y también la lucha de los derechos humanos de todas las personas" .

Por su parte, la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, apuntó que “el adversario del feminismo es el machismo y la ultraderecha”, y reivindicó la importancia del movimiento feminista ante la “ola reaccionaria” que recorre “toda Europa y también España”.

También asistió la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, quien apuntó que el 8-M es “la causa de todas las mujeres” y que desde Ciudadanos quieren “sumar” y no “restar” en la causa feminista.

La marea morada era variopinta, aunque predominaban los grupos de mujeres jóvenes, pero también había muchas familias, como la de I. Pérez, que participaba en la manifestación con su mujer y sus dos hijos de cinco y tres años porque "hay que denunciar que no hay igualdad". También había personas mayores, sindicalistas, representación de personas con discapacidad, de colectivos trans, de la universidad y un grupo de peluqueras que nada más cerrar su negocio se fueron a reivindicar.

Carolina, de Vallecas, vendía pañoletas moradas por cinco euros, porque "está todo muy mal", mientras tronaban las batucadas y se cantaba "sola y borracha, quiero llegar a casa" y otras consignas contra el patriarcado y la extrema derecha que "niega a las mujeres y a la violencia que nos mata".

Hubo recuerdos para las mujeres afganas y de Ucrania, "las que lo están pasando peor en el mundo", y satisfacción general en las organizadoras porque "creíamos en la convocatoria, en volver a llenar las calles y lo hemos conseguido".

El acto concluyó con la lectura del manifiesto de la Comisión 8-M en el que se aboga por las "herramientas y el espíritu combativo" para poner fin a "todas las violencias generadas por la desigualdad" y se recuerda que "ayer, mañana y todos los días ¡aquí estamos las feministas!".
(SERVIMEDIA)

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