La victoria nacionalista en Escocia abre la puerta a otro referéndum

El Partido Nacional Escocés obtuvo 48 de los 59 escaños en las elecciones. "No queremos un Gobierno conservador de Boris Johnson, no queremos el Brexit", ha avisado la líder Nicola Sturgeon. En 2020 se volvería a celebrar una consulta de independencia.

Actualidad - Europa13/12/2019RedacciónRedacción
Victoria nacionalista en Escocia, por J. Mitchell
Fuente: Jeff J.Mitchell.

La líder del Partido Nacional Escocés (SNP, en sus siglas en inglés), Nicola Sturgeon, heredó de su antecesor, Alex Salmond, una formación desinflada después de la derrota del referéndum sobre la independencia de 2014. Con tenacidad y un mensaje claro en contra del Brexit, que en Escocia fue rechazado por un 62% de sus votantes, remontó los resultados del partido y lo convirtió en un factor relevante en la Cámara de los Comunes. Los electores premiaron su estrategia en las elecciones del jueves, en las que el SNP obtuvo 48 de los 59 escaños en juego.

Los nacionalistas escoceses, que ya eran la tercera fuerza de Westminster con 35 diputados, arrasaron en la mayoría de las circunscripciones del territorio. "No queremos un Gobierno conservador de Boris Johnson, no queremos el Brexit, y aspiramos a que Escocia tenga en sus manos su propio futuro", ha dicho Sturgeon después de conocer los resultados. La ministra principal de Escocia ha asegurado que los votos recibidos son un claro mandato y respaldo a su apuesta de volver a celebrar en 2020 una consulta sobre la independencia.

Confió en un primer momento en una victoria apurada del Laborismo, que convirtiera al SNP en un aliado imprescindible que pudiera poner sus condiciones sobre la mesa. Después del arrollador triunfo de Johnson, quien contará con una mayoría holgada en Westminster, la capacidad de influencia de los nacionalistas se verá debilitada. El primer ministro ya dejó claro antes de la campaña, y durante las últimas cinco semanas, que no cometería el error que en su día cometió David Cameron. Downing Street no accedería, bajo su mandato, a que se celebrara un nuevo referéndum. La presión, sin embargo, se hará palpable durante los próximos meses.

Según consigna El País, los conservadores han aguantado el tipo en Escocia algo mejor que los laboristas, que han resultado arrollados en el que durante décadas fue su feudo, pero también han retrocedido. El año que viene habrá nuevas elecciones autonómicas, y los tories escoceses no podrán ponerse de perfil ante la cuestión más relevante que vive Escocia. Todo augura que las tensiones territoriales se agravarán en el Reino Unido, mucho más a medida que avance el proceso del Brexit y cada vez sea más evidente la desconexión con el continente europeo.

Pero no todo el futuro pinta brillante para el SNP. Las elecciones han logrado tapar durante un breve tiempo el juicio contra su exdirigente, Salmond, por un sórdido asunto en el que varias empleadas de la formación le acusan de dos intentos de violación y de varios abusos sexuales. Sturgeon fue durante años su mano derecha, y aunque nada le vincula directa ni indirectamente con esos episodios, su responsabilidad política se verá cuestionada por la oposición. Y a pesar de su empeño por celebrar una nueva consulta sobre la independencia, las encuestas siguen sin reflejar una clara mayoría a favor de la secesión.

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