La huelga en Francia se extiende hasta el martes

Los sindicatos del transporte, que mantienen paralizado al país, anunciaron que ese día se movilizaron en diversas ciudades. Reclaman que el Gobierno dé marcha atrás con el proyecto de reforma de pensiones.“Mi lógica no es la de la confrontación”, ha respondido en tono conciliador el prime ministro, Édouard Philippe.

Actualidad - Europa 07/12/2019 Redacción Redacción
Movilizaciones de sindicatos franceses, por Getty Images
Fuente: Getty Images.

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Los sindicatos franceses confían en que, como sucedió en 1995, podrán doblegar al Gobierno y evitar –o descafeinar en gran medida– la prevista reforma de las pensiones. De ahí que hayan decidido alargar la huelga iniciada anteayer en sectores estratégicos clave, como los ferrocarriles a escala nacional y el transporte público en la región parisina, hasta el próximo martes. Ese día volverá a haber manifestaciones y paros en todo el país.

La firmeza sindical pudo verse reforzada, paradójicamente, por las crecientes señales de flexibilidad del primer ministro, Édouard Philippe. Los impulsores de la huelga creen que su estrategia de máxima presión está funcionando.

La ausencia de trenes y la fuerte restricción del transporte público en París obligó a muchos ciudadanos a recurrir a sus vehículos particulares para los desplazamientos. Ello provocó monumentales atascos, sobre todo por la tarde, al final de la jornada laboral. La web oficial Sytadin, que controla el tráfico en tiempo real, detectaba a las 18 horas un total de 584 kilómetros de embotellamientos en la región parisina. No había excepciones: la autovía periférica, los accesos desde el norte, desde el sur, del este y del oeste a quienes debían dirigirse en coche a los aeropuertos Roissy-Charles de Gaulle y Orly les esperaba una pesadilla.

Philippe explicará los detalles del proyecto de reforma de las pensiones el próximo miércoles al mediodía. Su tono, ayer, en una declaración desde el palacio de Matignon, la sede del Gobierno, fue conciliador. El premier dio garantías a los maestros de que sus pensiones no bajarán. Insistió en que la transición al nuevo sistema se hará de modo progresivo. 

Y ha aclarado que “no sería razonable, aceptable ni justo cambiar las reglas de juego en medio del partido”. Aceptó que hay que tener en cuenta los planes de vida de la gente, su organización familiar y las inversiones que han hecho los empleados en aquellos sectores que hoy les permiten jubilarse mucho antes que al resto de los trabajadores. Eso significa que la supresión de los 42 regímenes especiales hoy en vigor tomará su tiempo, tal vez 10 o 15 años. “Mi lógica no es la de la confrontación”, subrayó Philippe.

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