El primer título de la historia del club Pradolongo merece portada: el barrio también juega finales

Un equipo de barrio que levanta copa en los aledaños del Wanda y vuelve a casa con orgullo compartido

07/12/2025Ezequiel Fernández BellidoEzequiel Fernández Bellido

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Ayer no fue un domingo cualquiera para el barrio de Pradolongo. En los aledaños del estadio Cívitas Metropolitano, donde suelen decidirse grandes finales, un grupo de chavales de nuestro club escribió una página histórica: el primer equipo que consigue un título en la historia del club Pradolongo en un torneo de fútbol callejero. Entre porterías improvisadas, gradas de acera y abrazos sinceros, este equipo de barrio levantó un trofeo que sabe a esfuerzo, comunidad y futuro.

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El torneo, organizado en formato de fútbol callejero, mezcló la esencia de jugar “en la calle” con el sueño de hacerlo junto al estadio donde compiten los profesionales. Allí, entre familiares, amigos y vecinos, el Pradolongo fue superando ronda tras ronda hasta plantarse en una final vibrante que acabó de su lado, demostrando que el fútbol humilde del sur también sabe ganar cuando tiene detrás un barrio que empuja. Para muchos de estos jugadores, que entrenan a diario en el campo municipal de hierba artificial de la calle Doctor Tolosa Latour, este título es el premio a años de madrugones, balones gastados y tardes de invierno en el parque.

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Tras la final, el día todavía guardaba otro regalo: el equipo se quedó en los alrededores del Wanda para ver la final entre España y Alemania, compartiendo pantalla gigante, cánticos y emoción con aficionados de todas partes. Ese contraste —de jugar su propia final a ver la de la selección— resume el espíritu de este club: soñar a lo grande sin dejar de pisar el barrio. El club Pradolongo, que trabaja el deporte como herramienta educativa y de integración social, refuerza así su papel como referente para niños y jóvenes de Usera, demostrando que el balón también puede abrir caminos y levantar la autoestima de todo un vecindario.

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Hoy el trofeo ya descansa en el local del club, pero el verdadero premio está en las fotos llenas de sonrisas, en los mensajes de enhorabuena que recorren grupos de WhatsApp y en los peques del barrio que preguntan cuándo podrán jugar ellos “ese torneo del Wanda”. Este primer título no cierra nada: abre una historia que apenas comienza, la de un club que lleva el nombre de su parque, su barrio y su gente, y que ha demostrado que desde Pradolongo también se levantan copas.

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