GIORDANO BRUNO Y LA INQUISICIÓN

Desde el comienzo de  esta era, que parte desde el nacimiento de Jesucristo, surgió un movimiento espiritual que desafió al capitalismo del imperio romano y todos sus valores  jerárquicos, en los que el siervo recibe mayor recompensa que el  que es servido, y en el que el amor ágape está por encima del ego y la ambición de la naturaleza humana. 

Lucas 22 

24 Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. 

25 Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; 

26 mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.

27 Porque, ¿Cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.

 Por otro lado, el nacimiento de Cristo y la revolución que originó su venida al mundo, provocó una reacción religiosa entre los estudiosos del Antiguo Testamento, por la cual persiguieron y condenaron hasta la muerte a Cristo y a su Iglesia.

Más tarde en el concilio de Roma en el año 382 d.C., el emperador Constantino, después de convertirse al “cristianismo”, reunió los textos sagrados y los ordenó en el canon bíblico católico que conocemos hoy como Biblia, aunque debido al politeísmo arraigado en Roma  heredado de los dioses griegos, sincretizó ambas creencias, creando imágenes de “santos” a los que rezar, añadiendo la idolatría que la propia Biblia rechaza,

(1Juan 5:21, Levítico 26:1, Jonás 2:8). 

Doce siglos después, en pleno Renacimiento, nace Giordano Bruno en Nápoles, el 9 de Febrero de 1548, donde la iglesia católica tiene un poder preponderante con la Inquisición como herramienta de juicio y de tortura.

Giordano Bruno,  astrónomo, matemático, teólogo, poeta y filósofo, fue ordenado sacerdote en 1572 tras exponer al papa Pio V  su sistema nemotécnico. El 23 de mayo de 1592 es juzgado y encarcelado por La

Inquisición veneciana por hereje, entre los cargos que presentaron estaban el no acreditar que Jesús es Dios, no creer en la virginidad de María, madre de Jesús, ni en la Trinidad; defender el panteísmo, que consiste en creer en Dios como parte íntegra de la vida y de la naturaleza que nos rodea, además de exponer que el Universo es infinito y en el que afirmaba que habría infinidad de mundos con vida inteligente; también fue más allá de las observaciones de Copérnico, considerando al Sol como una estrella.  Fue quemado vivo el 17 de febrero de 1600 en el Campo de Fiori (Roma). 

Muchos podríamos juzgar el contenido espiritual inherente en la Biblia sin haberla leído, pues los prejuicios que tuvieron los inquisidores religiosos en el caso de la sentencia contra Giordano, o los fariseos en el caso de Jesucristo, son los mismos que quizá residan en nuestra naturaleza humana.

La interpretación de cada uno de ellos sobre la identidad de Dios fue muy diferente, a los inquisidores y a los fariseos no les bastó con tener una interpretación, sino que fueron más allá.

Aunque es una evidencia que la Fe es un motor que nos ayuda a vivir, sólo podemos atisbarla si reconocemos que nuestro conocimiento es limitado como seres humanos y reconociendo que “sólo sabemos que no sabemos nada”, parafraseando a Platón; es una afirmación que nos ayuda a buscar  a Dios sin etiquetas mentales y por ende crecer como personas.

Javier García.