La agricultura amenaza al 86% especies en riesgo de extinción

El sistema alimentario mundial impulsa la pérdida de biodiversidad, según un informe respaldado por la ONU

Economía - Análisis08/02/2021 Servimedia
agricultura

El sistema alimentario global es el principal impulsor de la pérdida de biodiversidad y sólo la agricultura por sí misma amenaza a 24.000 de las 28.000 especies en riesgo de extinción (el 86% del total), cuando la tasa global de desaparición de especies es actualmente más alta que la media de los últimos 10 años.

Así se recoge en un nuevo informe elaborado por Chatham House, también conocido como Instituto Real de Asuntos Internacionales y con sede en Londres (Reino Unido). El trabajo fue apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y la ONG animalista Compassion in World Farming.

Los sistemas alimentarios humanos han seguido en las últimas décadas el 'paradigma de alimentos más baratos' con el fin de producir más comida a menores costes mediante el aumento de insumos como fertilizantes, pesticidas, energía, tierra y agua. Ello conduce a un círculo vicioso, según el informe, puesto que un menor coste de producción de alimentos crea una mayor demanda alimentaria, que también debe producirse a un coste menor con más intensificación y ocupación de tierras para la agricultura.

Los impactos de producir más alimentos a menor coste no se limitan a la pérdida de biodiversidad. El sistema alimentario mundial es uno de los principales impulsores del cambio climático y representa alrededor de un 30% del total de emisiones producidas por el hombre, destaca el informe.

TRES ACCIONES INTERDEPENDIENTES

Por ello, el documento propone tres acciones interdependientes para cambiar los sistemas alimentarios, entre ellas que los patrones dietéticos globales avancen hacia dietas más ricas en vegetales debido al impacto desproporcionado de la agricultura animal en la biodiversidad, el uso de la tierra y el medio ambiente. Ello, junto con la reducción del desperdicio mundial de alimentos, reduciría la demanda y la presión sobre el medio ambiente y la tierra, mejoraría la salud de las poblaciones de todo el mundo y ayudaría a reducir el riesgo de pandemias.

En segundo lugar, en el informe se propone proteger y reservar más tierra para la naturaleza porque los mayores beneficios para la biodiversidad se producirán cuando se preserven o restauren ecosistemas completos. Ello se traduce en evitar la conversión de tierras para la agricultura.

La tercera acción es cultivar de una manera más respetuosa con la naturaleza y que apoye la biodiversidad, limitando el uso de insumos y reemplazando el monocultivo con prácticas agrícolas de policultivo.

Según el informe, el cambio dietético es necesario para generalizar una agricultura amigable con la naturaleza sin aumentar la presión para convertir la tierra natural en agricultura. Cuanto más se adopte la primera acción en forma de cambio en la dieta humana, más margen habrá para la segunda y la tercera acción.

REACCIONES

A la luz de este informe, la directora de la División de Ecosistemas del Pnuma, Susan Gardner, manifestó: "Nuestro sistema alimentario actual es un arma de doble filo, moldeada por décadas del paradigma de 'alimentos más baratos', cuyo objetivo es producir más alimentos, de forma rápida y barata sin tener en cuenta los costes ocultos para la biodiversidad y sus servicios de soporte vital para nuestra propia salud”.

“Reformar la forma en que producimos y consumimos alimentos es una prioridad urgente: debemos cambiar los patrones alimentarios mundiales, proteger y reservar tierras para la naturaleza y cultivar de una manera más respetuosa con la naturaleza y que apoye la biodiversidad", añadió.

Por su parte, el director del Programa de Energía, Medio Ambiente y Recursos de Chatham House, Tim Benton, indica al respecto: "Las mayores amenazas para la biodiversidad surgen del uso de la tierra con fines de explotación -convertir los hábitats naturales en tierras agrícolas y agrícolas intensivamente- y éstas son impulsadas por la demanda económica de producir cada vez más alimentos ricos en calorías, pero nutricionalmente pobres, de cada vez menos productos cultivados a escala. Estos productos básicos sustentan un sistema alimentario derrochador que no nos nutre, socava la biodiversidad e impulsa el cambio climático".

El director ejecutivo global de Compassion in World Farming, Philip Lymbery, recalcó que, "en un momento en el que gran parte del mundo continúa luchando contra la pandemia de Covid-19, nunca ha sido más obvio que el bienestar de las personas y los animales, salvajes y criados, están entrelazados”.

"El futuro de la humanidad depende de que vivamos en armonía con la naturaleza. Necesitamos trabajar con la naturaleza, no contra ella. Nunca ha sido tan oportuno para nosotros darnos cuenta de que proteger a las personas significa proteger también a los animales. El futuro de la agricultura debe ser respetuoso con la naturaleza y regenerativo, y nuestras dietas deben ser más basadas en plantas, saludables y sostenibles. Sin poner fin a las granjas industriales, corremos el peligro de no tener ningún futuro", apostilló.

Por último, la primatóloga Jane Goodall, fundadora del Instituto Jane Goodall y Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas, indicó que "la cría intensiva de miles de millones de animales a nivel mundial daña gravemente el medio ambiente, provocando la pérdida de biodiversidad y produciendo enormes emisiones de gases de efecto invernadero que aceleran el calentamiento global".

"Las inhumanas condiciones de hacinamiento no sólo causan un sufrimiento intenso a los seres sintientes, sino que permiten la transferencia de patógenos de animales a humanos, lo que supone riesgo nuevas enfermedades zoonóticas. Por motivos éticos, debería eliminarse lo antes posible", concluyó.


(SERVIMEDIA)

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