España es el tercer país de la UE con menos reducción de energía fósil desde 1990

Y el que más tardó en llegar al máximo histórico, según Eurostat

Economía - Análisis 07/02/2021 Servimedia
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España se ha convertido en el tercer país de la UE que menos ha reducido su dependencia energética de los combustibles fósiles y el que más tarde ha alcanzado su máximo nacional en las tres últimas décadas.

Así figura en los datos de Eurostat sobre la proporción de combustibles fósiles (carbón, gas natural, petróleo crudo y productos del petróleo, turba y productos de turba, esquisto bituminoso y arenas bituminosas y desechos municipales e industriales no renovables) en la energía bruta disponible, que es la cantidad necesaria para satisfacer las necesidades energéticas de todas las actividades en un país o una región.

Esto también incluye la transformación de energía (incluida la generación de electricidad a partir de combustibles), las pérdidas por distribución y el uso de productos de combustibles fósiles para fines no energéticos (por ejemplo, en la industria química), así como los combustibles fósiles utilizados para el transporte, incluido el comprado dentro del país que se utiliza en otros lugares (por ejemplo, aviación internacional, búnkeres marítimos internacionales y, en el caso del transporte por carretera, el 'turismo de combustible').

Los datos de Eurostat, analizados por Servimedia, indican que los combustibles fósiles representaron el 74,14% de la energía bruta disponible en España en 2019 y aglutinaron el 78,09% en 1990, año en que comienza la serie histórica. Por tanto, en esas tres décadas se produjo una reducción de 3,95 puntos porcentuales.

Solamente dos países de la UE tienen tasas menores de disminución de la dependencia energética bruta de origen fósil en tres décadas: Bélgica, con 3,26 puntos (del 78,84% en 1990 al 75,58% en 2019) y Malta, con 3,33 puntos (del 100% al 96,67%).

Además, España es el Estado comunitario que más tardó en llegar al máximo histórico de energía bruta disponible procedente de combustibles fósiles, con el 84,82% en 2005. Luxemburgo lo hizo en 2004 (92,77%), Hungría en 2003 (83,34%), Suecia en 2002 (41,14%) y Malta en 2001 (100%). Por el contrario, Bulgaria, Croacia, Chequia, Eslovaquia, Francia, Italia, Letonia y Rumanía llegaron a su pico en 1990.

Por otro lado, España ha ido alternando ascensos con descensos en la dependencia energética bruta procedente de combustibles fósiles en las tres últimas décadas. En 2005 se produjo el máximo histórico (84,82%) y en 2014, el mínimo (73,99%).

DESCENSO PAULATINO EN LA UE

Por otro lado, los combustibles fósiles representaron el 71,46% de la energía bruta disponible en la UE en 2019, lo que supone 10,9 puntos porcentuales menos que en 1990 debido al auge de las energías renovables. Sólo en dos ocasiones hubo incrementos interanuales comunitarios en 30 años de registro histórico: en 1992 (con el 80,60%, cuando en 1991 fue del 80,47%) y en 1995 (80,07%, por 79,98% de 1994).

El mínimo histórico en la UE llegó precisamente en 2019, con el 71,46%, en tanto que el máximo se produjo en 1990, con el 82,35% del total de la energía bruta disponible.

Por tanto, la UE aún depende en gran medida de los combustibles fósiles para el suministro energético nacional general. El suministro total de energía nacional incluye la transformación de energía (como la generación de electricidad a partir de combustibles fósiles), las pérdidas de distribución de productos fósiles utilizados con fines no energéticos (por ejemplo, lubricantes) y los combustibles fósiles utilizados para el transporte (combustible comprado dentro de la UE, incluso si se utilizó en otra parte).

En 2019, Malta fue el país de la UE más dependiente de los combustibles fósiles para su energía bruta disponible (96,67%), por delante de Países Bajos (92,40%), Chipre (91,53%), Polonia (89,60%), Irlanda (88,88%), Grecia (85,68%) y Luxemburgo (81,81%). La mayoría de los demás Estados comunitarios tenían cuotas del 60% al 80%, como España, en la duodécima posición con el 74,14%. Sólo Suecia (31,81%), Finlandia (42,80%) y Francia (49,63%) tenían cuotas inferiores al 60%.

En cuanto a la década de 2010 a 2019, los mayores descensos de la dependencia energética de los combustibles fósiles se produjeron en Estonia (17,46 puntos porcentuales menos), Dinamarca (-17,44 puntos) y Finlandia (-14,27 puntos). Todos los países experimentaron caídas y la mejor la protagonizó Alemania (-0,78 puntos).

Y en relación al periodo entre 1990 y 2019, las principales disminuciones llegaron a Estonia (-31,47 puntos), Dinamarca (-27,21) y Rumanía (-23,33), y las mejores caídas se produjeron en Bélgica (-3,26), Malta (-3,33) y España (-3,95).
(SERVIMEDIA)

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