Johnson rebaja las expectativas de un acuerdo comercial con la Unión Europea

El primer ministro advirtió que el Reino Unido se deberá "preparar" para una ruptura brusca con el bloque europeo ante el estancamiento de las negociaciones y el acortamiento de los plazos para arribar a un entendimiento.

Actualidad - Europa 17/10/2020 Agencia Telam
Johnson
La Unión Europea y el Reino Unido están lejos de un acuerdo comercial.

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Las chances de que el Reino Unido y la Unión Europea (UE) alcancen un acuerdo que les permita comerciar sin imponerse aranceles parecieron esfumarse hoy luego de que Londres dijera que no tiene sentido seguir con negociaciones hasta ahora fallidas si el bloqe comunitario no cambia de postura en torno a los temas más discutidos.

El primer ministro británico, Boris Johnson, advirtió hoy que su país "debe prepararse" para una ruptura brusca con la UE a fin de año si no hay un "cambio fundamental" del bloque en las estancadas negociaciones comerciales pos Brexit.

Los 27 países del bloque "renunciaron a la idea de un acuerdo de libre comercio, no parece haber ningún avance por parte de Bruselas", afirmó el premier en una intervención televisada un día después de que los líderes europeos volvieran a pedir a Londres que haga concesiones.

El Reino Unido dejó la UE el 31 de enero pasado, pero ambas partes acordaron un periodo de transición hasta fin de este año para darse tiempo para alcanzar un acuerdo de libre comercio.

Johnson había puesto como plazo máximo para alcanzar el acuerdo el día de ayer, dado que el pacto debe ser ratificado antes del 31 de diciembre por el Parlamento británico y los de los 27 países que conforman la UE.

El premier insistió hoy en que dado que solo tienen diez semanas para que finalice el período de transición y ante el resultado de las negociaciones hasta el momento, es probable que "no haya acuerdo".

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que sus negociadores igualmente viajarán a Londres la próxima semana como estaba previsto.

Pero un portavoz del Gobierno británico advirtió que esto "sólo tiene sentido" si la UE "está dispuesta a discutir todas los temas de forma acelerada".

"En lo que a nosotros respecta, las conversaciones comerciales están acabadas. La UE las ha terminado y solo si la UE cambia fundamentalmente su posición valdrá la pena hablar", subrayó.

Los obstáculos para un acuerdo

Los europeos quieren seguir pescando como hasta ahora en las ricas aguas británicas tras el fin del periodo de transición pos Brexit, el 31 de diciembre, lo que Londres considera una exigencia injusta.

Esa cuestión junto a los subsidios estatales a empresas británicas y los sistemas de arbitraje, es uno de los principales escollos que impide avanzar en las negociaciones, ya que afecta la economía de países como Francia, Países Bajos, Bélgica, Dinamarca y Alemania.

"El problema está lejos de ser únicamente la pesca, es mucho más fundamental", lamentó hoy el presidente francés Emmanuel Macron.

Pese a la disposición de seguir negociando: "no sacrificaremos cualquier interés y no sacrificaremos a nuestros pescadores", dejó "muy en claro" el mandatario.

Intentado matizar, la canciller alemana Angela Merkel admitió que ambas partes deberían estar dispuestas a hacer concesiones para que el acuerdo sea posible.

Otro punto de conflicto es un proyecto de ley impulsado por el Gobierno británico, que ya tiene media sanción parlamentaria, que modifica cláusulas esenciales del acuerdo de divorcio entre el Reino Unido y la UE firmado el año pasado.

El proyecto de ley "de mercado interno" otorgaría a los ministros poderes legales para anular la aplicación de tarifas y controles aduaneros en la frontera entre Irlanda del Norte, que es parte del Reino Unido, y la República de Irlanda, que es parte de la UE.

Las cláusulas sobre Irlanda del Norte incluidas en el Acuerdo de Retirada establecen que esa provincia británica mantendrá las reglas del mercado común europeo para evitar reimponer una frontera con la vecina Irlanda.

Mantener abierta esa frontera es uno de los pilares de la frágil paz que reina en la isla desde el Acuerdo del Viernes Santo, de 1998, que puso fin a décadas de violencia entre la mayoría probritánica y la minoría republicana norirlandesa que quiere unirse a Irlanda.

Si no hay un acuerdo para el 1 de enero de 2021, las relaciones económicas entre el Reino Unido y la UE estarán regidas bajo las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Esto podría traer consecuencias catastróficas para las empresas británicas que tienen actividades en el resto de Europa y sería un duro golpe para una economía ya castigada por la pandemia de coronavirus.

El golpe sería también duro para varias economías de la UE, también muy afectadas actualmente por la segunda ola de contagios y la imposición de nuevas restricciones.
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