El Brexit y la confianza ciudadana, los retos urgentes de Boris Johnson

Luego de su histórica victoria en las elecciones, el primer ministro anunció que volverá a someter a votación su proyecto de salida del bloque europeo antes del 31 de enero. Será clave explicar a los votantes las consecuencias de una ruptura sin consenso.

Actualidad - Europa 13/12/2019 Redacción Redacción
Boris Johnson, por Europa Press
Fuente: Europa Press.

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La resolución de la parálisis del Brexit y la reconstrucción de la vilipendiada confianza en el tejido político e institucional británico constituyen los retos más inmediatos que aguardan a Boris Johnson, que, según los datos del recuento oficial, ha arrasado con 363 diputados, superando ampliamente la mayoría absoluta. 

Se trataba de una votación trascendental para el futuro de la segunda economía europea que, sin embargo, ha estado marcada por un descrédito que sintetiza uno de los años más convulsos de la historia reciente.

Los dos desafíos se retroalimentan y comparten tronco común. La activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa el 29 de marzo de 2017 había marcado la cuenta atrás de dos años para la salida de la Unión Europea, pero la fecha llegó y el divorcio no se había materializado. Para un sector de la sociedad, la demora, generada por el desacuerdo en el Parlamento suponía una traición al resultado del referéndum de 2016, mientras que para los partidarios de la continuidad en el bloque, se convirtió en la oportunidad de oro para detener el Brexit.

 La radicalización entre ambos se transformó en endémica y la fractura se trasladó a todas las esferas de la vida política e institucional, manifestándose en una especialmente virulenta animadversión contra el sistema en general y Westminster en particular. La desafección provocada en la ciudadanía ha quedado patente en estos comicios, que no han logrado despertar el entusiasmo presupuesto para una votación que, esencialmente, supone reabrir el debate del plebiscito de hace tres años y medio. También hizo frío este 12-D, pero eso pesó mucho menos que el cansancio. 

De ahí que la tarea competa ahora al gobierno que arrojan las urnas. Como padrino de un divorcio que había decidido apoyar cuando se anunció, en febrero de 2016, el premier es el valedor moral de un proyecto que ha mantenido paralizada la agenda doméstica y que todavía tiene que demostrar que constituye la panacea que sus patrocinadores preconizaban.

En el plano práctico, Johnson ha dicho esta noche que este viernes se entrevistará con la reina Isabel y la semana que viene, cuando vuelva la actividad al Parlamento, llevará de nuevo la ley de salida de Europa a votación, cuanto antes. Su plan sigue intacto: quiere irse el 31 de enero, como fija la última prórroga concedida por Bruselas. 

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