Mensaje contra las armas nucleares del Papa en Hiroshima y Nagasaki

Durante su visita a las ciudades japonesas, ha advertido que "el uso de la energía atómica con fines de guerra es hoy más que nunca un crimen, no sólo contra el hombre y su dignidad sino contra toda posibilidad de futuro en nuestra casa común". Y ha reiterado su pedido por el desarme a los líderes del mundo.

Actualidad - Mundo 24/11/2019 Redacción Redacción

Fuente: Vatican News.

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En un crudo mensaje por la paz y el desarme nuclear, el papa Francisco viajó este domingo a Hiroshima, Japón, donde Estados Unidos lanzó la bomba atómica en 1945 y allí en un duro discurso denunció "que el uso de la energía atómica para la guerra es un crimen".

Allí, en el Memorial de la Paz, ha tenido lugar un encuentro con 20 líderes religiosos y otras 20 víctimas de aquella tragedia, acudiendo también un millar de fieles. A la ceremonia la han marcado el silencio, un conmovedor toque de campanas y los testimonios desgarradores de dos supervivientes de la bomba, que han impactado a todos.

Fiel a su estilo, aunque con un tono abatido, el Papa ha comenzado su discurso con un aldabonazo: “Aquí, de tantos hombres y mujeres, de sus sueños y esperanzas, en medio de un resplandor de relámpago y fuego, no ha quedado más que sombra y silencio. En apenas un instante, todo fue devorado por un agujero negro de destrucción y muerte. Desde ese abismo de silencio, todavía hoy se sigue escuchando fuerte el grito de los que ya no están”.

“Venían -ha seguido- de diferentes lugares, tenían nombres distintos, algunos de ellos hablaban lenguas diversas. Todos quedaron unidos por un mismo destino, en una hora tremenda que marcó para siempre, no solo la Historia de este país, sino el rostro de la humanidad”.

El Papa también ha recordado a los supervivientes y a las muchas víctimas que lo fueron incluso décadas después, fruto de la radiación: “Hago memoria aquí de todas las víctimas y me inclino ante la fuerza y la dignidad de aquellos que, habiendo sobrevivido a esos primeros momentos, han soportado en sus cuerpos durante muchos años los sufrimientos más agudos y, en sus mentes, los gérmenes de la muerte que seguían consumiendo su energía vital”.

"Con convicción, deseo reiterar que el uso de la energía atómica con fines de guerra es hoy más que nunca un crimen, no sólo contra el hombre y su dignidad sino contra toda posibilidad de futuro en nuestra casa común", dijo Francisco en un pedido dirigido a los líderes actuales, durante la visita de la mañana a Nagasaki, la otra ciudad arrasada por otra bomba.

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