Al cierre de COP25 las grandes economías no muestran mucho interés por el calentamiento global

La cumbre debía terminar el viernes tras dos semanas de reuniones, pero finalmente ha durado dos días más, lo cual supone un gran retraso incluso para lo acostumbrado en las cumbres climáticas.

Sociedad - Ecología y medio ambiente 15/12/2019 Redacción
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La cumbre climática de la ONU se acerca a su fin el domingo tras haber sido pospuesto, con las principales economías reacias a emitir una nueva y audaz llamada a la acción para combatir el calentamiento global, provocando fuertes críticas por parte de los estados más pequeños y de los activistas medioambientales.

La cumbre de Madrid estaba considerada como un test de la voluntad colectiva de los gobiernos de seguir el consejo de los científicos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a tiempo para evitar que el aumento de la temperatura global alcance un punto de inflexión irreversible.

Pero con la cumbre en camino de aprobar tan sólo una modesta declaración carente de un mensaje claro e inequívoco para que los países eleven sus metas de reducción de emisiones el próximo año, el estado de ánimo era más bien apagado cuando los distintos delegados asistentes al evento comenzaron los procedimientos finales.

“Estas conversaciones reflejan lo desconectados que están los líderes de los países de los avisos de la ciencia y de las demandas de sus ciudadanos en las calles”, dijo Helen Mountford, vicepresidenta de clima y economía del laboratorio de ideas World Resources Institute. “Necesitan despertar en 2020.”

La cumbre debía terminar el viernes tras dos semanas de reuniones, pero finalmente ha durado dos días más, lo cual supone un gran retraso incluso para lo acostumbrado en las cumbres climáticas.

Previamente el país que preside las conversaciones, Chile, provocó indignación en la cumbre (conocida como COP25) tras preparar un texto que los activistas rechazaron por considerarlo tan poco sustancial que suponía una traición al espíritu del Acuerdo de París de 2015.

El proceso establecido en dicho acuerdo depende de que los países aumenten la reducción de sus emisiones el próximo año.

Un borrador posterior publicado por Chile expresaba la “urgente necesidad” de que estos nuevos compromisos de los países cierren la brecha entre los actuales y el objetivo del Acuerdo de París de evitar que las temperaturas mundiales aumenten más de 1,5 grados centígrados.

Así y con todo, todavía fue recibida como una respuesta débil a la sensación de urgencia que sienten las comunidades de todo el mundo afectadas por inundaciones, sequías, incendios forestales y ciclones que, según los científicos, se están volviendo más intensos a medida que la Tierra se calienta rápidamente.

“La COP25 demostró la falta de ambición colectiva de los mayores emisores (de gases de efecto invernadero) del mundo”, dijo el asesor político de Greenpeace para Asia Oriental, Li Shuo.

Los científicos sostienen que el mundo sólo tendrá una oportunidad de evitar un calentamiento catastrófico si los países acometen grandes reducciones de las emisiones conforme al Acuerdo de París, el cual entra en una fase crucial de aplicación el próximo año antes de otra cumbre que se celebrará en Glasgow.

Las conversaciones en Madrid se vieron envueltas en disputas sobre las reglas que deberían regir el comercio internacional de carbono, favorecidas por los países más ricos para reducir el coste de la reducción de las emisiones.

Brasil y Australia se encontraban entre los principales opositores, dijeron los delegados presentes en los encuentros, pareciendo probable que la cumbre aplazará las grandes decisiones sobre los mercados de carbono para posteriores conversaciones.

Las naciones más pequeñas también esperaban obtener garantías de que recibirán ayuda financiera para hacer frente al cambio climático. La isla de Tuvalu, en el Pacífico, acusó a Estados Unidos, que comenzó el proceso de retirada del Acuerdo de París el mes pasado, de bloquear cualquier posible progreso.

“Hay millones de personas en todo el mundo que ya están sufriendo las consecuencias del cambio climático”, dijo Ian Fry, representante de Tuvalu, a los delegados. “Negar este hecho podría ser interpretado por algunos como un crimen contra la humanidad.”

(Con información de Reuters)

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