Argentina y la oportunidad de seguir siendo faro para la lucha feminista

La asunción de Alberto Fernández como presidente se traduce en una nueva posibilidad para promover políticas de gobierno que garanticen la universalización de derechos orientados a la igualdad de género. La justicia social, la diversidad sexual y la inclusión son los ejes de la agenda del movimiento para esta nueva etapa.  -SEGUNDA PARTE DE UN INFORME ESPECIAL PARA +DIARIO-

Actualidad - Mundo 10/12/2019 Agostina Agudín
Feminismo frente al Congreso, por Nicolás Solo
Fuente: Nicolás Solo.

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En la Argentina de hoy se abre una etapa en la que el nuevo Gobierno tiene por delante el desafío de trascender el péndulo de avances y retrocesos que tradicionalmente estanca al país: gestiones que promueven ampliaciones de derechos vinculados con salud, educación y trabajo seguidas de otras de signo político opuesto que echan por tierra todos los logros alcanzados anteriormente. En ese marco, el feminismo se encuentra frente a la oportunidad de profundizar sus demandas y continuar siendo faro para la lucha por la igualdad en América Latina.

Hoy asume la presidencia de Argentina Alberto Fernández, el candidato del Frente para Todos, acompañado por Cristina Fernández de Kirchner y un cuadro de ministrxs de formación progresista. Un indicador a seguir atentamente en este capítulo es la visibilidad que se le dio en la presentación del gabinete entrante al rol que cumplirá el consejo federal "Argentina contra el Hambre". En palabras de Alberto Fernández: “Aspiro a que esto no sea un plan de gobierno, aspiro a que sea una decisión social. Que nosotros como comunidad nos pongamos de pie a decir terminemos con el hambre. (..) Todos tienen lugar en esta mesa, todos. No es una pelea de Alberto Fernández, es una pelea que como sociedad debemos dar. Hagamos algo épico, que valga la pena, que es terminar con el hambre de nuestro chicos y que no sea mérito de un presidente sino de toda una sociedad que se puso de pie avergonzada por esa realidad que se vive.” 

¿Qué podemos decir desde el feminismo sobre el Gabinete de ministrxs que asume este 10 de diciembre?

Lo evidente: faltan mujeres y personas de la diversidad sexual. La ley de paridad sancionada en 2017 se aplicó por primera vez en las elecciones en todos los niveles (nacional, provincial y municipal) este año, es decir, el Gobierno asume luego de tener una campaña paritaria, en la que las mujeres tuvieron un lugar importante y se visibilizó la lucha que aún llevamos junto a lesbianas, travestis y trans para llegar a los lugares de la política tradicional. Así las cosas, cabe destacar que en la creación de nuevos ministerios hay una decisión política de visibilizar el tema de la desigualdad de género: es la primera vez que existe en la Argentina un Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad, subiendo de rango lo que hasta el momento fuera el Instituto Nacional de las Mujeres, poniendo de esta manera en el centro de la agenda pública las temáticas por las que históricamente luchamos las feministas. Esta cartera será asumida por Elizabeth Gómez Alcorta, una reconocida militante que lucha por los derechos humanos -principalmente por los de las mujeres- y que se ha desempeñado como abogada de Milagros Sala, una dirigenta social que se convirtió en emblema de las detenciones arbitrarias por ser la primera presa política del gobierno de Mauricio Macri en diciembre de 2015.

Otro desafío importante, como feministas que acompañamos este Gobierno,­­­­­­­­ es lograr un gabinete de ministros sensible a las cuestiones de género, que trabaje de manera interdependiente y transversal los temas vinculados a los derechos de las mujeres y la diversidad sexual. Dentro del gabinete hay varones que reconocen el problema de la desigualdad de género como un tema fundamental y, a su vez, todas las mujeres nombradas se proclaman feministas y muchas de ellas se enorgullecen de años de militancia en el movimiento.

No es menor el hecho de que el ministro de Salud nombrado, Mario Ginés González García, sea un ferviente propulsor del derecho al aborto legal seguro y gratuito. Se trata de una demanda que pusimos en agenda desde el movimiento feminista y que Fernández, según adelantó, tomará como prioritario, convencido de que es un tema de salud pública a resolver. 

Gabinete de Alberto Fernández para Argentina, por Página 12 bisFuente: Página 12.

Otro desafío de cara al presente es hacer operativos los derechos: hay una serie de leyes que se proclaman como derechos universales y no llegan a serlo. Ya sea por el carácter de sus normativas o por la falta de comprensión, promulgación y/o difusión. Un ejemplo de esto es la ley de Educación Sexual Integral (ESI). Actualmente, la ley sancionada en 2006 no se cumple de la misma manera en todas las provincias del país. Si bien la ley es excepcional y fue un avance importante, su implementación queda atada a la decisión política de cada gobernador. Esto se debe a que la ley sancionada no es de orden público, por lo tanto cada provincia elige de qué manera aplicarla, lo que dificulta su carácter obligatorio y que se convierta en un derecho universal para cualquier ciudadanx a lo largo y ancho del país. 

Este desafío se relaciona con otro: discutir la desigualdad y la universalidad de los derechos. Con frecuencia la política liberal nos lleva a trabajar por sectores, atendiendo a cada uno con políticas focalizadas. Aquí es cuando se vuelve fundamental no escindir el feminismo de las políticas generales y tener siempre puestos los lentes violetas (color representativo del movimiento) para analizar todas las políticas bajo esta perspectiva de derechos. 

Según datos de la UCA (Universidad Católica Argentina), el gobierno de Mauricio Macri finaliza su mandato con un nivel de pobreza en la Argentina del 40,8% y un 8,9% de indigentes.  El 59,5% de los niños, niñas y adolescentes están sumergidos en la pobreza. Estos datos son solo una muestra de la difícil situación que atraviesa nuestro país. Y en momentos de crisis, sabemos que somos las mujeres y disidencias quienes estamos en la primera línea de batalla, siendo las primeras despedidas de nuestros trabajos, las que ocupan los puestos más precarizados y quienes muchas veces estamos a cargo de las familias, siendo jefas de hogar y haciendo malabares para lidiar con tareas de cuidado y trabajo remunerado. Somos las que nos encargamos del trabajo no remunerado, que es el que sostiene al remunerado.

Para las feministas del campo nacional y popular, no hay justicia social sin feminismo y no hay feminismo sin justicia social. Y es por eso que creemos que de la crisis en la que estamos inmersxs se tiene que salir con medidas económicas con una perspectiva feminista integral que atienda las desigualdades históricas entre hombres y mujeres. Aborto legal, ley integral de cuidado, reparación histórica e inserción laboral para personas travestis y trans son solo algunas de las demandas urgentes por las que seguiremos reclamando. El desafío está en saber ser Gobierno, discutir y traccionar hacia adentro estratégicamente para imponer nuestra agenda, y hacia afuera para atraer a otros feminismos y a otros sectores a que se acoplen a esta nueva etapa política.

Ser oposición es más sencillo. Ahora el desafío es atravesar las contradicciones, crear lazos, nuevas formas de involucrarnos en la política tradicional y tener la capacidad para demostrar que también podemos ser gobierno y avanzar en este largo y arduo camino que es el de la conquista de derechos.

*Agostina Agudin (Daireaux, Buenos Aires, Argentina; 1995) es politóloga y militante de la organización política y social El Hormiguero. 

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